3 de diciembre de 2010

Juguetes



Dedos sigilosos abren camino en el espacio visceral de eternidad dimensionando los tactos al territorio remoto del cuerpo infinito.


Ojos vivaces que empapan colores en acuarelas profundas pintando horizontes ilimitados en algodones de plumas.


Labios ardientes dejando estela en tu piel dormida que arde gozosa ante el ataque fugaz de bocas fingidas.


Oídos audaces que bailan descalzos al despertar de las voces, secretos que besan rincones y juegan a dados en el desorden.


Risas de sueños etéreos que llegan calmados sin percibir la presencia de locos armados que los seducen y los desarman.



Son los juguetes del alma,


llegan intensos


pa’ jalearla.

*

Cillán M.