28 de noviembre de 2010



Palabras fugaces que se perdieron en el follaje
y allí quedarán colgadas de las ramas que las balanceen al viento del otoño,
cuando lo amarillo tiña el río de azufre
y sulfure su caudal enfurecido
tras haber oido lo que he pensado y, nunca he dicho.

Cillán M.