14 de febrero de 2011

Y qué, sin que.

En la arista transparente del espacio se difumina la memoria de esos años…



Olvidados en la vorágine de ritmos frenéticos permaneciendo inertes hasta sentarte frente al fuego y, en contundente mutismo, lanzarte de cabeza a las cada vez más ardientes llamas. 

Regenerando el ardor el resquicio, impretendidamente silenciado. Y resurgen titánicamente insuflando presión a destajo en las venas, consiguiendo desencadenar rápidos de sangre…


e inundan huecos yermos,


y alborotan los inviernos,


y dislocan las teorías,


e, inevitablemente, zarandean las rutinas.


Rápidos escarlata convierten en cataratas suspiros, al atorar el vendaval de aire entre los pulmones y los labios.


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