22 de enero de 2011

Tres palabras inventadas


¿Cuántos ojos habrán mirado a través de las puntas de los rotos cristales del universo?



Habrán visto latires de olas infinitas que desencadenan locuras de las uñas en el estómago devorando sinhambres que hacen crujir el pelo hasta difuminarse en la noche.


Habrán visto los poros desbordarse de salitre en marejadas de eunucos salvadores que guiñan los párpados del horizonte hasta extrapolar sonrisas de dientes mudos que observan incansables el mundo de fresas ácidas que hacen encallecer las papilas y las rodillas.


Habrán escatimado en latidos las muñecas que dejan de hacer su juego dejando las manos inertes esperando ser rescatadas por la espada de Damocles que terció a santa en una noche de ballenas desprovistas de arpones creyendo que no existían hasta que el hombre de pieles exageradas los hizo brillar al tenue sol de hielo.


Habrán cruzado palabras aulladas en deseperos y lontananzas de risas furtivas que trajo el viento de oeste a este arrasando la flora del alma marchita que revolotea de encina abajo hasta la fuente del caño roto que expulsa vino para calmar la sed del agua.


Habrán zarandeado soles y lunas en devenir cotidiano de versos patéticos asfixiados por el fulgor de unas rimas macilentas y desconchadas con rendijas de difusas que suenan a negras en intento de ser blancas.


Habrán vibrado en sones salseros caderas ardientes que arrasan sentidos más allá del sexto para devorar las pieles de cuerpos etéreos que tienen conciencia de inmensos para derramarse en las uvas jugosas que se sienten manzanas de rojo escarlata.


Y alguna vez...ellos habrán abierto los ojos para saber de dónde viene la luz que arcoira esta risa llenando pulmones.
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